Este sentimiento que despierta lo que soy calma ese dolor que me asfixiaba lento. Llegas a mi vida pintando mi universo, eres mi reflejo, mi esencia mi centro, cuando menos lo esperaba, mi camino se iluminó y dice tanto tu mirada, yo por tí camino en fuego y si dices ser de venus, me lo creo.
Hoy se derrumba, mis sueños en tus brazos. Mi corazón se acelera, el aire es escaso y el miedo me llena, siento que voy a morir. Ya no puedo respirar sin la paz que tu me das, no me quiero resignar a terminar. Pero esta vez se por primera vez que no hay vuelta atrás...
Puertas cerradas, que no quiero abrir, no tengo nada, teniéndote a ti. Sigo enredándome en las sombras, me acostumbré a morir por ti. Soy enemigo y no me asombra la pesadilla que elegí... Adicto al dolor, tu exceso de frío y de calor, me están destruyendo, me estás convirtiendo, en algo que yo no soy.
Era un furia, un relámpago, una enfermedad sin cura, un adicto a esa adrenalina oscura, una rosa negra con espinas, un espejismo, un reflejo, un mal sueño, lo peor de mi mismo, el mejor exponente del egoísmo. Una maquina de hacer heridas, hasta que llegaste y me encendiste con tu luz tu mirada poderosa y alma curandera.
De tu dolor sincero del fruto de mi sueño del amor que te dejé. Con un grito callando se enciende el corazón todo cambia para mí. Todo es tu cara, todo es tu alma, todos los días que dure mi vida yo te lo regalo niña, duérmete a mi lado... Mi niña duerme... No la despiertes.
Entre la felicidad y la desesperación la carretera es muy corta, necesitaba salir, romper con todo y vivir, que lo demás ya no importa... Como uno locos sin fe salimos a pelear contra la melancolía, besamos la libertad, nos abrazamos a todo lo que nos sonreía...
Pocas fueron las palabras que te hicieron falta para ser la esclava de su cama, la que mira y calla, princesa de nadie. Perdonaste cada noche que su boca se olvido de ti, perdida en tu dolor, durmiendo entre los brazos de un pobre cobarde. No puedo ver como se te olvida cada herida, cada beso que regalas, te marchita, te desangra, quiero que vuelvas a amar la vida, respirar tu aire, princesa de nadie.
Yo habitante del salón desterrado de la cama rebusco entre las obras algo, tú amenazas con volar, se te llena hasta la boca, te recreas en tu momento de gloria, esta guerra te ha borrado la memoria. Volverá a despertarse el día contigo sin ti, perdona que me ría pero es la verdad, gira el mundo así, somos lluvia en el cristal.
Donde se ha escondido ese calor, aue incendió nuestra imaginación. Se apagó dejando en el colchón, dos fantasmas presos de los días y el reloj. Y se olvidó de ti, se olvidó de mi se ha olvidado de los dos. Se ha olvidado de las veces que juré, se ha olvidado de que tu eres mi perdición, se ha olvidado y no sé por qué, de que vuelen mariposas en la habitación...